Aspectos culturales que afectan implementación de HACCP

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En opinión de muchas empresas,  la idiosincracia nacional y la falta de cambios culturales han dificultado la correcta aplicación de planes HACCP en la industria alimentaria en  Chile. 

El sistema  HACCP se ha convertido a nivel mundial en uno de los sistemas más efectivos en la gestión de la inocuidad alimentaria, ayudando a reducir  significativamente el impacto de las enfermedades alimentarias en la salud pública.

El Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) recientemente  ha estimado que la aplicación del sistema HACCP evitó que  190.000 personas desarrollaran infecciones por salmonelas provenientes de pollos entre los años 1996 al 2000. Investigaciones anteriores habían concluido que la aplicación del sistema HACCP  en plantas de procesamiento de aves de corral  había reducido la incidencia de Salmonella en pollos en más del 50 por ciento.

Lo anterior demuestra la efectividad que este sistema ha logrado en el control de los peligros biológicos en Estados Unidos, en donde  la inocuidad ya forma parte de la cultura y es una de las exigencias más importantes para los proveedores de alimentos.

En este contexto, la realidad de nuestro país dista mucho de los países desarrollados, debido a la falta de implementación de políticas de inocuidad, falta  de normas  regulatorias claras y   dificultades para  asumir  los cambios culturales y de conductas necesarios que este sistema implica. Muchas empresas consideran que nuestra idiosincrasia particular es uno de los factores que más dificultan la aplicación y buen funcionamiento de este sistema de gestión de la inocuidad.

El sistema HACCP requiere que las cosas se hagan bien a la primera; que las tareas sean sistemáticas, planificadas y no improvisadas; que  las conductas ideales sean acciones preventivas y no reactivas; que los registros estén anotados en forma completa y permanezcan actualizados; que las acciones correctivas se adopten en forma oportuna y que sean efectivas.

En síntesis, el aseguramiento de la calidad significa un cambio de mentalidad y de paradigmas, sobretodo en la cultura de trabajo y en el esfuerzo de hacer bien las cosas. Esto es de vital importancia, cuando la salud de las personas está de por medio y cuando la falta de inocuidad puede significar consecuencias devastadoras para la empresa alimentaria de un país exportador como el nuestro.
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Dieta Mediterranea ayuda a bajar de peso según nuevo estudio

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Trabajadores incorporados a este estudio realizaron  una dieta mediterránea durante dos años y  tendieron a recuperar menos peso perdido que los voluntarios con una dieta reducida en grasa o carbohidratos.

El estudio publicado en The New England Journal of Medicine, sugiere que los programas alimentarios que se promueven en el lugar de trabajo, pueden tener efectos duraderos, en especial cuando se utiliza la dieta mediterránea o reducida en carbohidratos.

Los autores les indicaron a 322 trabajadores con obesidad moderada,  realizar una de tres dietas durante dos años. Luego, los controlaron durante cuatro años más. Los participantes tenían un índice de masa corporal (IMC) promedio de 31 y eran principalmente hombres.

El doctor Dan Schwarzfuchs, investigador principal explicó que los participantes pudieron bajar  en dos años unos 2,9 kilos con la dieta reducida en grasa, 4,4 kilos con la dieta mediterránea y 4,7 kilos con la dieta reducida en carbohidratos.

Cuatro años después, los resultados de los 259 participantes disponibles revelaron que el 67 por ciento seguía la dieta original, el 11 por ciento la había reemplazado por otra y el 22 por ciento había suspendido la dieta.

Aunque los grupos que habían realizado las dietas reducidas en grasas y carbohidratos habían recuperado casi todo el peso perdido, los voluntarios tratados con la dieta mediterránea recuperaron sólo 1,4 kilos durante los cuatro años de seguimiento.

"La dieta reducida en calorías y en  grasas es difícil de seguir. Con la dieta mediterránea se puede comer casi todo. Es más compatible con la vida real", agregó el Dr. Schwarzfuchs.

El equipo halló también que la dieta mediterránea logró la mayor reducción del colesterol total en el largo plazo (unos 13,9 mg/dl a los seis años). Aun así, el grupo con la dieta reducida en carbohidratos alcanzó la mayor reducción de la relación de colesterol LDL-HDL.

La doctora Meghana Gadgil, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University, Baltimore, opinó que el estudio "indica que los cambios positivos de la dieta rica en fibra y grasa monoinsaturada se pueden sostener en el largo plazo".
Fuente: www.emol.cl