Investigan relación entre insecticidas y muerte de abejas
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La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard realizó un nuevo estudio que ratifica el vínculo entre insecticidas neonicotinoides y la muerte de abejas en todo el mundo.
El estudio se centra en dos tipos de neonicotinoides, el imidacloprid y la clotianidina, pesticidas prohibidos en la Unión Europea, empleados en el cultivo de plantas y cereales, que resultan perjudiciales para las abejas.
Desde 2006 se han producido significativas pérdidas de abejas debido al conocido "transtorno del colapso de las colonias" (CCD), un problema que ha causado gran preocupación en la comunidad científica por la importancia de la polinización que realizan estos insectos en todo el mundo.
Hasta ahora, se han considerado diferentes causas de estas muertes, como infecciones, las malas prácticas apícolas o la exposición a los insecticidas, y esta última hipótesis es la que confirma el estudio de la Universidad de Harvard.
"Hemos demostrado otra vez en este estudio que los neonicotinoides son muy probablemente los responsables de desencadenar el CCD en las colmenas que estaban sanas antes de la llegada del invierno", explicó en un comunicado el director de la investigación y profesor asociado de Harvard, Chenseng Lu.
Los investigadores estudiaron la salud de 18 colonias de abejas en tres ubicaciones diferentes entre octubre de 2012 y abril de 2013 y, en cada grupo de seis colmenas, los científicos trataron dos colonias con imidacloprid, otras dos con clotianidina y dejaron dos restantes sin tratamiento (grupo control).
Con la llegada de los meses fríos, el tamaño de todas las colonias de abejas disminuyó, pero a partir de enero de 2013, las poblaciones del grupo de control empezaron a recuperarse, tal y como se esperaba, mientras que las de las colmenas tratadas con neonicotinoides siguieron descendiendo.
Al final del experimento, seis de las doce colonias tratadas se habían perdido y las colmenas estaban vacías, mientras que en el grupo control, sólo en una de las seis poblaciones se encontraron miles de abejas muertas en la colmena y con síntomas de haber sufrido el ataque de un parásito.
"Pese a que hemos demostrado la validez de la asociación entre neonicotinoides y CCD en este estudio, la investigación futura podría ayudar a dilucidar el mecanismo biológico responsable de la vinculación de las casi letales exposiciones con el CCD", añadió Lu.
El estudio se centra en dos tipos de neonicotinoides, el imidacloprid y la clotianidina, pesticidas prohibidos en la Unión Europea, empleados en el cultivo de plantas y cereales, que resultan perjudiciales para las abejas.
Desde 2006 se han producido significativas pérdidas de abejas debido al conocido "transtorno del colapso de las colonias" (CCD), un problema que ha causado gran preocupación en la comunidad científica por la importancia de la polinización que realizan estos insectos en todo el mundo.
Hasta ahora, se han considerado diferentes causas de estas muertes, como infecciones, las malas prácticas apícolas o la exposición a los insecticidas, y esta última hipótesis es la que confirma el estudio de la Universidad de Harvard.
"Hemos demostrado otra vez en este estudio que los neonicotinoides son muy probablemente los responsables de desencadenar el CCD en las colmenas que estaban sanas antes de la llegada del invierno", explicó en un comunicado el director de la investigación y profesor asociado de Harvard, Chenseng Lu.
Los investigadores estudiaron la salud de 18 colonias de abejas en tres ubicaciones diferentes entre octubre de 2012 y abril de 2013 y, en cada grupo de seis colmenas, los científicos trataron dos colonias con imidacloprid, otras dos con clotianidina y dejaron dos restantes sin tratamiento (grupo control).
Con la llegada de los meses fríos, el tamaño de todas las colonias de abejas disminuyó, pero a partir de enero de 2013, las poblaciones del grupo de control empezaron a recuperarse, tal y como se esperaba, mientras que las de las colmenas tratadas con neonicotinoides siguieron descendiendo.
Al final del experimento, seis de las doce colonias tratadas se habían perdido y las colmenas estaban vacías, mientras que en el grupo control, sólo en una de las seis poblaciones se encontraron miles de abejas muertas en la colmena y con síntomas de haber sufrido el ataque de un parásito.
"Pese a que hemos demostrado la validez de la asociación entre neonicotinoides y CCD en este estudio, la investigación futura podría ayudar a dilucidar el mecanismo biológico responsable de la vinculación de las casi letales exposiciones con el CCD", añadió Lu.
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