Efectos del cambio climático sobre patógenos alimentarios


El Centro Europeo para Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha realizado un estudio sobre la incidencia que los cambios en el clima pueden tener sobre seis patógenos asociados al agua y los alimentos: Campylobacter spp., Cryptosporidium spp., Listeria spp., Norovirus, Salmonella spp. y Vibrio no cólera spp.
Estos microorganismos son particularmente sensibles a las condiciones climáticas, por lo que el ECDC ha analizado el potencial impacto que podría tener en Europa  el cambio climático,  en la transmisión de las enfermedades que generan.
Para ello se realizó una revisión sistemática de más de 700 artículos publicados entre 2000 y 2009, en los que se establecen relaciones entre los patógenos y factores climáticos, como la temperatura del agua, la temperatura del aire, las lluvias torrenciales o los cambios de temperatura.
Campylobacter   Salmonella  fueron los microorganismos que se asociaron con mayor frecuencia a la temperatura del aire. Campylobacter Vibrio no cólera se asociaron con mayor frecuencia con la temperatura del agua, mientras que la Cryptosporidium,  seguida de Campylobacter y Vibrio no cólera se asociaron con mayor frecuencia a las precipitaciones.
Factores climáticos y desarrollo de patógenos
La enfermedad relacionada con alimentos o agua más prevalente en Europa es la Campylobacteriosis, que presenta una fuerte estacionalidad y que se ha asociado a una serie de variables meteorológicas, lo que indica, según el ECDC, que los picos de Campylobacteriosis podrian presentar cambios en el futuro como resultado del cambio climático.
La temperatura presenta una fuerte influencia en las notificaciones de  Salmonelosis, que pueden atribuirse a un almacenamiento y manipulación indebida de los alimentos. No obstante, el probable impacto negativo sobre la salud pública de la Salmonelosis,  debido al incremento de la temperatura quedará contrarrestado por las fuertes medidas de control de esta enfermedad implantadas a nivel europeo.
Numerosos estudios han analizado el papel de las aguas superficiales, el agua potable y las lluvias fuertes en la transmisión de Cryptosporidium, y se prevee que las precipitaciones irregulares aumenten, según la región climática, los brotes de criptosporidiosis.
La Listeria no se ha asociado con cambios y limites de temperatura o a precipitaciones extremas, y al parecer, no es probable que el cambio climático influya directamente sobre la incidencia de la listeriosis.
Asimismo, la asociación entre factores climáticos y los norovirus es débil, en parte debido a la relativamente poca información publicada.
Por el contrario, existe una evidencia documentada de una fuerte asociación entre el incremento de temperatura del agua y las estaciones estivales largas y las infecciones por Vibrio no cólera. Aunque el aumento en la morbilidad se prevé que sea modesto, debido a las bajas tasas de incidencia actual. En algunos habitats como el mar Báltico, los cambios en las condiciones ambientales se traduciran en un aumento de la presencia de este patógeno.
Fuente: www.ecdc.europa.eu - higieneambiental.com


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