Fraude Alimentario en Productos Orgánicos

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA)  ha detectado doce casos de fraude en productos orgánicos procedentes de  distintos países.

EE.UU es el  país en donde el mercado de alimentos orgánicos y sustentables ha crecido en más de US$60 millones durante los últimos 20 años. Un mercado atractivo, por su crecimiento desmedido, para el fraude alimentario.  Sin embargo los consumidores se preocupan cada vez más por leer las etiquetas y verificar la autenticidad de los productos, lo que está intrinsicamente relacionado con la inocuidad alimentaria.

La popularidad de los alimentos sustentables ha llamado la atención de personas fraudulentas,  que bajo certificados falsos venden productos,  que no son ni ecológicos ni sostenibles. Esta situación ha aumentado los casos de fraude alimentario considerablemente.

Desde Febrero del 2011 a la fecha, el Departamento de Agricultura de EE.UU. ha informado de 12 casos de falsas certificaciones de productos  orgánicos provenientes de  África, Asia, el Caribe, Europa y el Oriente Medio.

Según el análisis de la base de datos de la U.S. Pharmacopeial Convention,  publicado recientemente   en el Journal of Food Science, los siete productos con más probabilidades de ser blanco de fraude alimentario son:
  1. Aceite de oliva,
  2. Leche,
  3. Miel,
  4. Azafrán,
  5. Jugo de naranja,
  6. Café
  7. Jugo de manzana
 Debido a que los alimentos orgánicos cuentan con seguimientos de auditorías y los certificados de trazabilidad, los incidentes de fraude son relativamente bajos en comparación con los productos alimenticios convencionales. La Agencia de Investigación en Alimentación y el Medio Ambiente (FERA) del Reino Unido estima que el fraude podría afectar hasta un 10% de todos los alimentos comprados por los consumidores.

Las compañías de alimentos están comenzando a emplear  análisis  en sus departamentos de control de calidad,  para luchar contra el fraude alimentario,  verificando la  autenticidad de los productos, medinate cromatografía, análisis del perfil de ADN, análisis de isótopos y espectrometría de masa. Estas técnicas pueden detectar residuos de pesticidas y  toxinas en los alimentos. Las nuevas tecnologías también pueden detectar organismos genéticamente modificados (OGM).

Fuente: http://www.organicmonitor.com/r2404.htm
USP Food Fraud Data Base

0 comentarios:

Publicar un comentario